MÉXICO CEDE DE MÁS EN ACUERDO DE AZÚCAR Durante esta semana, Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía y Wilbur Ross, Secretario de Comercio de EU; renegociaron el famoso acuerdo que se espera, ponga fin a la amarga situación entre México y EU frente a la industria azucarera. ¿Cómo empezó todo? En el 2014 Estados Unidos denunció que la industria del azúcar mexicana era apoyada por subsidios, por lo que tenían una clara ventaja frente al mercado de productores del sector en ese país.
En diciembre de ese año solicitó a México limitar sus exportaciones e imponer un precio mínimo al azúcar enviado a su país, a cambio de detener la denuncia. Recordemos que desde su incursión en 1994, el TLCAN brindó ventajas competitivas para ambos países respecto a la eliminación de aranceles; aunque fue hasta el 2008 que se alcanzó el verdadero comercio libre en el sector de edulcorantes de América del Norte, al abrir por completo el acceso a las exportaciones de azúcar de México a EU. Desde ese momento hasta el 2014, la exportación anual aproximada fue de 1, 300, 000 toneladas. Sin embargo la demanda de la industria doméstica alteró considerablemente los índices de exportación (TLCAN Estados Unidos y Puerto Rico) que del ciclo 2012-2013 con una exportación de 1, 846, 370 toneladas bajó hasta las 710,243; según cifras del último reporte (mayo-2017) de la SAGARPA.
Desde que inició esta situación a la fecha, se han suscitado una serie de negociaciones entre el Departamento de Comercio en Estados Unidos (DOC por sus siglas en inglés) y la Secretaría de Economía (SE); donde Ildefonso Guajardo, titular de ésta última, señaló desde un inicio que esa denuncia y el empeño de EU por imponer aranceles, era una medida que iba en contra del espíritu y los compromisos del TLCAN, además de que rompía el balance del mercado de edulcorantes de América del Norte.
La situación se endulzó El primer acuerdo llevado a cabo entre el DOC y la SE en octubre del mismo año, “resolvió” la situación, donde EU se comprometió a suspender las investigaciones relacionadas a la investigación de subsidios, además de que todo seguiría como antes: se permitiría la entrada de azúcar a ese país sin el cobro de cuotas compensatorias. Sin embargo a partir del 2015 las exportaciones empezaron a tener limitantes de precios y volúmenes, y en noviembre del 2016 el DOC decidió que el acuerdo comercial anterior no estaba teniendo los resultados esperados, por lo cual, solicitaron iniciar otra vez las investigaciones antidumping y por subsidios en contra de la industria azucarera mexicana, pese a que dicho acuerdo tenía una vigencia de 5 años, y pidió la rotunda cancelación del mismo; así que la situación se tornó nuevamente amarga.
Malos entendidos A principios del 2017 incrementaron las controversias cuando nuevamente el DOC malinterpretó una cláusula llamada “acuerdos de suspensión” de una serie de permisos que regulaban el intercambio de fructosa entre ambos países; en la cual éste departamento entendió equivocadamente que México sólo podría exportar el 40% del cupo determinado por nuestro vecino del norte, durante los primeros seis meses del ciclo; provocando un60% restante de la concentración de las exportaciones, en el resto del ciclo. Ante este hecho, la SE decidió cancelar dichos permisos de exportación para evitar posibles sanciones, además de acrecentar el problema y que de nuevo, sólo existiera un acuerdo que no fuera a ningún lado. La suspensión de estos 54 permisos acarrearon problemas que continuaron provocando mayor déficit en el sector de los edulcorantes para EU, por ejemplo, en marzo de ese mismo año, un barco con un aproximado de 30,000 toneladas de azúcar cruda (destinadas a refinerías de ese país), quedó detenido en puerto tras la suspensión de los permisos. Y no sólo afectó el movimiento de la fructosa en ese barco, sino también de 100,000 a 120,000 toneladas de azúcar que ya estaban designadas para la exportación. Nuevas esperanzas de negociación El 1ero de mayo del 2017, la SE lanzó un comunicado donde informaba que el 5 de junio se cumpliría el plazo para la determinación final del pacto, para modificar de una vez por todas los acuerdos de las pasadas suspensiones. Hasta el momento las negociaciones sólo se inclinaban hacia obtener beneficios en EU: (a) limitar el abasto de azúcar cruda de México exclusivamente para sus refinerías y (b) eliminar toda competencia de azúcar refinada de México en el mercado estadounidense; esto de acuerdo a la SE.
El “dulce” acuerdo se repite Dicha renegociación ya se llevó a cabo entre Ildefonso Guajardo y el Secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross; el cual parece ser el definitivo. En este acuerdo, nuestro país, a cambio de la suspensión de las investigaciones por dumping y subsidios, aceptó reducir la proporción de azúcar refinada al mercado estadunidense del actual 53% a un 30% del total. Además este producto agropecuario, fue tasado a 23 centavos de dólar cruda y 28 centavos en su versión refinada. Sin embargo, no todos están del todo satisfechos con el famoso acuerdo. Juan Cortina Gallardo, Presidente de la Cámara Nacional de Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA), está convencido de que es necesario continuar con dichas investigaciones pero por parte de nuestro Gobierno y ve reflejada esta situación ante la baja competitividad de la industria nacional, al reducir los índices del envío de azúcar refinada. También asegura que pese al acuerdo, EU no parece complacido ante las restricciones impuestas en México ya que “en todo momento la industria azucarera americana ha estado buscando todas las formas para cerrarnos acceso al mercado americano del país y quitarnos como competencia y el acceso que hoy México tiene”.
Esta amarga historia continuará… En este nuevo acuerdo todo parece color de rosas, sobre todo porque el titular de la SE afirmó que este acuerdo garantiza a nuestro país ser el principal abastecedor de las necesidades adicionales de azúcar del mercado estadounidense con el mismo valor en ventas. El mismo presidente del CNIAA encuentra positivo este hecho ya que se encuentra listo para buscar nuevas formas de recuperar competitividad. Por otro lado, él y Carlos Seoane, Presidente de Grupo Azucarero del Trópico concuerdan en que llegar a dicho acuerdo ya es ganancia, y que “lo peor que hubiera pasado para México es que no hubiéramos tenido un acuerdo y que nos hubieran sacado de ese mercado”. Siendo aún más optimistas, todo este viacrucis para la industria azucarera, ha servido para que ambos países se conozcan mejor y mejoren de una forma más amistosa el TLCAN. O al menos así lo ven ambos titulares de la SE y DOC, respectivamente. Sin embargo, nada está dicho, ya que todavía falta que los industriales americanos firmen el acuerdo, lo cual puede extenderse hasta el siguiente mes, por lo que aún pueden existir alteraciones y desacuerdos. Hasta el momento se sabe que la industria de refinería en EU se sigue quejando de que el azúcar cruda mexicana y de alta calidad, está llegando directamente a los consumidores, en vez de pasar por sus refinerías.
Lo cierto es que toda esta situación se puede tornar desfavorable para México ya que hasta ahora, en este último acuerdo se cedió mucho ante las peticiones de EU, cuando la SE debe recordar que de continuar con la problemática, seguirá afectando de manera directa o indirecta los índices de exportación que se traducen en la generación de 930,000 empleos; la producción estimada de 27 millones de pesos anuales y el 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB) que representa la industria fructosa en México, según datos del INEGI.
