Cada aduana ha sido una aduana importante.
En su paso como Administradora de algunas de las aduanas más importantes del país, ha realizado importantes aportaciones en temas operativos y normativos, beneficiando la operación, simplificación de trámites y con ello la facilitación del comercio. Además, su participación también ha tenido que ver con mejorar algunos controles internos para una adecuada fiscalización.
En poco más de 17 años dentro del SAT le ha tocado hacer más de 11 mudanzas. Abogada egresada de la Universidad de Sonora, fue la primera mujer administradora en Tijuana, en Nuevo Laredo, en Manzanillo, en Naco y en Ciudad Camargo. En la Aduana del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México –cargo que ostenta actualmente- es la cuarta mujer administradora.
Y han sido bastantes los retos. Todas las aduanas, grandes o pequeñas, representan retos. “¡No hay aduana pequeña! Todas tienen sus particularidades, en especial en la del aeropuerto”. Además del volumen impresionante de pasajeros, le tocó la implementación del nuevo esquema de revisión de pasajeros internacionales, concretar protocolos de revisión, para que las autoridades pudieran hacer revisiones en conjunto, y con esto se pudieran reducir los tiempos de revisión de los equipajes, algo que benefició a los pasajeros ya que no tuvieron que esperar que todas la autoridades hagan su revisión sino que se hacen en conjunto.
Mujer de resultados
El haber tenido la oportunidad de estar al frente de las aduanas más importantes del país, en sus diferentes tipos de tráfico, le ha permitido tener mayores conocimientos en cuanto a la operación, para estar en posibilidad de seguir aportando a los distintos proyectos que surgen al interior del SAT. Nunca se deja de aprender, cada día se conoce algo nuevo.
Ha sido testigo y le ha tocado participar en los cambios más importantes de las aduanas. En Nuevo Laredo implementó un programa para la asignación de andenes que hizo que desde que el pedimento se modulara se asignara el andén, eso permitió ahorrar tiempos, mejoró controles, y permitió ser más eficientes en las revisiones… Le tocó además toda la reestructuración de la aduana de Tijuana, un reto muy importante, de operar normal a pesar de estar en construcción en un 80%.
Lealtad hacia las instituciones
La honestidad es un valor muy importante, y también la lealtad hacia la institución. Con la gente con que trabaja, hace supervisión constante y tiene acciones contundentes en caso en que detecte irregularidades en sus operaciones, por lo que no tolera la falta de honestidad.
“Hacer equipo es sumamente importante, hay que estar con la mentalidad abierta en la toma de decisiones, en lo que está pasando en la operación y tener apertura a los cambios, a las distintas formas de trabajo. Todos tenemos formas de trabajo distinto pero lo que se debe buscar es mejorar el servicio público, y tratándose de aduanas estar al día con la operación, la operación no puede parar, el comercio es muy cambiante y tenemos que estar ahí”.