El viernes 13 de julio de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Decreto por el que se reforman, adicionan, y derogan diversas disposiciones del Reglamento Interior del Servicio de Administración Tributaria” dentro del cual se creó la Administración General de Auditoría de Comercio Exterior, cuyo objetivo fue que la Administración General de Aduanas se dedicara al despacho aduanero al 100%, y la Administración General de Auditoría de Comercio Exterior a todo lo que ocurre después.
De esta forma se optimizarían las funciones de Comercio Exterior en el organismo y se generaría un área con mayor especialización en la investigación de irregularidades y en la práctica de auditorías.
Debemos tener presente que en muchos países, estas funciones las tienen las Direcciones Generales de Aduanas pero, por su complejidad, en México se tomó la decisión de que una Administración General específica ejerciera esas funciones y, de hecho, se nutrió de todas aquellas áreas del SAT que atendían asuntos relacionados con el comercio exterior.
La AGACE tiene diversas y muy importantes funciones, pero como su propio nombre lo señala, la fiscalización es la principal, y no como un mero acto recaudatorio, sino como un mandato que deriva del Ejecutivo Federal, de hacer cumplir las leyes, en este caso, las fiscales y aduaneras, llevando de la mano un principio fundamental que es la percepción de riesgo, por parte de los contribuyentes.
Sin embargo, en días recientes, ha circulado la noticia de que -como parte de la austeridad del nuevo gobierno- el SAT llevará a cabo una reestructuración para desaparecerla, por lo que se regresaría al esquema anterior. Es decir, las funciones de la AGACE se repartirían entre la Administración General de Aduanas y la Administración General de Auditoria Fiscal Federal.
Resultados, en tiempos de Lara Gutiérrez
El maestro Luis Eduardo Lara Gutiérrez, fue el primero en asumir la dirección de la AGACE, y por poco más de seis años, aportó para que cada año la meta recaudatoria del SAT haya ido en aumento, derivado de las acciones de fiscalización que llevaron a cabo.
Y es que, en gran medida, la recaudación bruta se integra por aportaciones espontáneas de los contribuyentes –entre los que se encuentran los importadores-, por lo que la AGACE llevó a cabo acciones para reforzar el correcto pago de las contribuciones y aprovechamientos relacionados con el comercio exterior.
Los ejes de acción de la AGACE se basaron en el uso de tecnologías y de inteligencia sofisticada para poder detectar, incluso en tiempo real, la comisión de conductas prohibidas. En ese sentido, siempre que se comete un ilícito queda un rastro que se puede descubrir.
El factor de percepción de riesgo que generaron sus actos de fiscalización jugó un papel fundamental y, por ende, sus modelos de riesgo tuvieron como objetivo ejercer facultades de comprobación en donde tuvieran gran probabilidad de encontrar personas que hayan evadido e incumplido obligaciones fiscales y aduaneras.
Respecto al tema de la fiscalización, Lara Gutiérrez afirmó en reiteradas ocasiones que desafortunadamente quienes se dedican a defraudar al fisco, siempre buscan la manera de evadir y eludir sus obligaciones. “Lo que comúnmente encontramos en nuestros actos de fiscalización son documentos falsos, como facturas que consignan operaciones que nunca se realizaron o, al menos no en los términos que se señalan en ellos. En el caso de certificados de origen, encontramos que amparan mercancías que no cumplen con los requisitos para ejercer una preferencia arancelaria”, precisó en su momento.
La tecnología y los sistemas de monitoreo informático con que contó la AGACE proporcionaron un panorama muy acertado del comportamiento de las operaciones de comercio exterior, lo que permitió focalizar las áreas en donde se detectaron irregularidades o tendencias inusuales; de ahí que los actos de fiscalización que ejercieron usualmente fueron muy exitosos y redituables para la recaudación.
Erradicar las malas prácticas
Respecto a las malas prácticas en las aduanas y las medidas para detectarlas y erradicarlas, bajo la administración de Lara Gutiérrez se contó con sistemas y procedimientos internos que continuamente evaluaron y analizaron aspectos socioeconómicos, patrimoniales y conductuales de su personal, con el fin de detectar, inhibir y, en su caso, sancionar conductas impropias de un funcionario público.
Aunado a lo anterior, se realizó un gran esfuerzo para dar a conocer a la ciudadanía los medios de denuncia a su alcance, respecto de prácticas indebidas y de las personas que los cometen.
También se sensibilizó a los actores del comercio exterior, para evitar prácticas fraudulentas, haciéndoles ver que la posibilidad de ser detectados es alta y que el supuesto beneficio que pueden obtener no es comparable con las sanciones a que pueden ser acreedores, mismas que pueden llegar a la privación de su libertad.
Lara Gutiérrez mostró siempre su entusiasmo al tener la fortuna de ser la primera persona en ocupar ese cargo, y como tal, de comenzar a implementar y ver los primeros resultados de esta unidad administrativa, sin embargo –nos comenta- está convencido de que son las instituciones y no las personas las que trascienden y permanecen en el tiempo. En ese sentido, la satisfacción de haber estado en esta primera etapa de la AGACE, junto con el personal que lo ha apoyado, por sí solo le llena de mucho orgullo.
En 2015, la AGACE tuvo cambios en su estructura, adicionando dos Administraciones Centrales más a las cinco con las que contaba desde su creación, a fin de consolidar sus actividades de control, supervisión y facilitación del Comercio Exterior.
Tiempos de cambio, con Hampshire Santibáñez
Con una trayectoria de más de 20 años, enfocada sobre todo en la materia fiscal, Fernando Hampshire fue designado el 3 de marzo de 2019, por la Dra. Margarita Ríos-Farjat, Jefa del Servicio de Administración Tributaria, como Administrador General de Auditoría en Comercio Exterior
“Quiero colaborar a enaltecer el valor del compromiso en el SAT, con metas cumplidas y un Comercio Exterior engrandecido, fortalecido y sustentable dentro y fuera de nuestras fronteras. Logrando mayores resultados con menos recursos”, sentenció en uno de los desayunos organizados por el Centro Nacional para la Competitividad del Comercio Exterior.
Durante su charla, destacó que la Administración de la cual es titular, está integrada por personal altamente calificado y especializado en la materia, con amplia trayectoria en la institución; lo cual ha permitido desde su creación cumplir con uno de los principales objetivos, como es el aumento en la recaudación a través del cumplimiento voluntario y la autocorrección, en aras del debido cumplimiento a la legislación vigente, en beneficio de nuestro país.
Sus principales compromisos, asegura, son:
- Atacar los principales esquemas agresivos de evasión fiscal y aduanero, implementando las acciones legales correspondientes e incluso efectuando las reformas a las disposiciones legales aplicables.
- Aumentar la percepción de riesgo, difundiendo los casos de mayor impacto.
- Coadyuvar como parte de la Administración Pública en la lucha contra la corrupción, la evasión y el contrabando.
- Obtener eficiencia y eficacia en actos de fiscalización, utilizando en la mayor medida los avances tecnológicos y mejorando los procesos internos.
- Automatizar el tema de manifestación de valor y a empezar a hacer gestión de riesgos en materia de valoración aduanera.
De resultar cierta la desaparición de la AGACE, ¿qué implicaciones tendría para los actores del comercio exterior de nuestro país?, ¿abonaría esto a la simplificación de las operaciones aduaneras? Especialistas señalan que esto otorgaría aún más poder a la Administración General de Aduanas, evitando de esta forma, posibles contrapesos. El tiempo dirá.
