El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) adjudicó más del 70% de los contratos de servicios de telecomunicaciones a la empresa Telefónica de México S.A.B. de C.V. de Carlos Slim Helú en modalidad de recompensa directa. Aparte de la supuesta violación de las leyes de contratación pública de que este tipo de contratación solo debe usarse cuando no hay competidores en el mercado, también existe un historial de poder y corporaciones que luchan por monopolizar el mercado desde la década de 1990.
Aparte de algunas sanciones competitivas, el mercado de las telecomunicaciones ha beneficiado a algunos empresarios durante décadas, con cada grupo dividido en concesiones en diferentes áreas que han pagado impuestos mexicanos.
Mejorar el campo de juego competitivo en la industria de las telecomunicaciones sigue siendo un desafío para México. América Móvil, la empresa matriz del operador móvil Telcel y el operador de línea fija Telmex, domina los segmentos de línea fija y móvil del mercado de telecomunicaciones de México.
Compuestos por infraestructura para señales de transmisión, servicios móviles, señales o frecuencias de TV e Internet, varios jugadores forman sus propios grupos comerciales a los que incluso otros gigantes no tienen acceso. Por ejemplo, Carlos Slim Helús América Móvil, quien desde la privatización de Telefónica de México busca hacerse un hueco en la televisión.
Sin embargo, las cosas cambiaron pronto, y los magnates iniciaron una guerra por los actores de la banda, que transmite por internet y televisión. El 22 de octubre de 2021, la empresa América Móvil emitió un comunicado a las autoridades bancarias, publicado en la Bolsa de Valores de México (BMV), anunciando que su empresa, a través de sus filiales Telefónica de México y Telefónica de Noroeste, ha anunciado la prórroga del obtener su contrato de derechos de fletamento que les permitiría extenderse por 30 años más, es decir, H. 2056 con IFT enviando el nuevo título en el primer trimestre de 2023.