Pensar en un nuevo enfoque para mejorar los beneficios de la globalización, es lo que se necesita para favorecer primordialmente a las personas. Esto de acuerdo a una reciente edición de las Perspectivas Económicas Mundiales, donde el Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Angel Gurría, señaló que “después de cinco años de un crecimiento deficiente, hay indicios de mejoría”; sin embargo existen áreas de oportunidad para equilibrar el avance que existe hasta el momento y lo que se planea a futuro.
Un ejemplo de un caso muy particular, el cual se abordó en un capítulo especial del estudio que muestra la mayor integración comercial a través de las cadenas de valor mundiales, tocó el tema de la manufactura contra las nuevas tecnologías; éstas últimas aumentaron significativamente la productividad, pero eso les costó el empleo a algunos trabajadores de la industria manufacturera. Aunque esto es lamentable, tampoco se puede permitir que sin avances tecnológicos, algunas regiones continúen rezagadas.
Por ese tipo de situaciones, las Perspectivas “sugieren que es necesario un enfoque integrado para que la globalización funcione para todos, centrada en el bienestar de las personas” a través de la creación de mejores políticas que impulsen el crecimiento e innovación, dirigidas a la creación de nuevas empresas que impulsen un “crecimiento económico más fuerte que en el pasado reciente, y también más inclusivo”. Es responsabilidad de varios elementos como los “mercados laborales, el medio ambiente, la responsabilidad de las empresas, la gobernanza y la fiscalidad” establecer políticas y normas más eficaces para apoyar a las personas y regiones que corren el riesgo de cero avance.
Algo fundamental que rescatan Las Perspectivas es que los países deben trabajar juntos para mejorar y llenar los espacios faltantes en la gobernabilidad internacional. Esto permitirá crear condiciones más equitativas, así como unas normas internaciones más sólidas y aplicables en diversos ámbitos. Con la implementación de estas mejorías, el pronóstico es: “el fortalecimiento de la confianza de empresas y consumidores, el aumento de la producción industrial, la recuperación del empleo y de los flujos comerciales”, que contribuirán a una mejora del crecimiento del PIB mundial de 3.0% en 2016 a 3.6% en 2018. Gurría menciona que para aumentar firmemente los niveles de vida en los países de la OCDE “urge un compromiso más profundo, sostenido y colectivo con paquetes de políticas coherentes que apoyen la inclusión y el crecimiento de la productividad”. Si desea mayor información sobre las Perspectivas Económicas Mundiales, consulte: www.oecd.org